GRUPO DE ARTE-TERAPIA (ARTE Y VIDA)- COMUNIDAD TERAPÉUTICA DE COLOMBIA 2003-2012

El grupo de Arteterapia «Arte y Vida» se creó en el año 2003 y se  ha mantenido hasta el año 2012.

Desde el inicio ha sido parte fundamental del tratamiento en adicciones al interior de esta comunidad terapéutica,

la más antigua de Colombia. Este espacio provee al residente la posibilidad de conocerse y tratar aspectos de la historia adictiva

que tienen que ver consigo mismo, su relación familiar, su historia afectiva y social.

Haciendo uso de materiales y procesos artísticos tales como la pintura, el dibujo, la fotografía, el diseño de vestidos, el teatro de títeres,

el monólogo,  entre otros; el participante elabora un performance en el que pone en evidencia un aspecto interno que es resuelto

en la misma acción plástica. Los integrantes se apropian desde el inicio de su propia propuesta y configuran todos los elementos

(espacio, objetos, sonido, vestuario, etc.) de acuerdo a sus necesidades expresivas.

Estas acciones han sido presentadas frente a un público compuesto por familiares, terapeutas y otros residentes de la comunidad,

generando un espacio único de convivencia en el que las problemáticas antes vistas como limitaciones y motivos de sufrimiento,

se transforman en materia prima para la creación.

Durante este tiempo se han realizado tres jornadas dedicadas al performance en las que se ha creado un ambiente único

de integración social y un aporte significativo al conocimiento de las adicciones en Colombia.

ARTETERAPIA EN EL TRATAMIENTO DE LAS ADICCIONES, HACIA UNA PERSPECTIVA INTEGRAL E INTEGRADORA.

Experiencia en la Comunidad Terapéutica de Colombia

Autor:

Carlos Andrés Gutiérrez, maestro en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia,

fundador del grupo de arteterapia al interior de esta comunidad, hace 9  años. Ha trabajado con soldados con PTSD

(Stress Post traumatic disorder) en el Hospital Militar de Bogotá, con habitantes de calle, con niños y jóvenes de comunidades

afrodescendientes en el Chocó (región del Pacífico colombiano) y en otros proyectos sociales.

Es profesor de la técnica de  Meditación Trascendental y se desempeña en  proyectos de educación y  creatividad basados en la Consciencia.

Página web  http://www.carlosandresgutierrez.com

Resumen:

Este artículo provee una visión general del sistema de intervención en Arteterapia, desarrollado al interior de esta institución  y  hace énfasis en el uso del performance-art como modalidad  autorreferente, transformadora e integradora.

Palabras clave: Arteterapia, resiliencia, adicciones, arte de acción, integración comunitaria, comunidades terapéuticas, auto-conocimiento a través del arte, performance-art1.

Sumario:

El Arteterapia2 en adicciones cumple múltiples objetivos que van desde el reconocimiento de la condición de la adicción, el conocimiento de sí mismo, la expresión de sentimientos y de la ansiedad, hasta el desarrollo de la creatividad, el proyecto de vida y la integración social. Por lo tanto no es tan solo una actividad de manejo del tiempo libre, lúdica y/o ocupacional sino un área de intervención en sí misma.

Cuando abordamos las adicciones encontramos una condición humana producto de múltiples factores (individual, familiar, cultural, educativo, social, etc.), así que no es algo que tan solo involucra al individuo que llamamos adicto sino a una situación compleja en la que debemos incluir las otras áreas.

Hacemos parte de  una sociedad en la que los impulsos se ven saciados a través del consumo, entendido de  diferentes maneras. Bien valdría  pensar en las necesidades reales y aquellas que por el contrario han sido impuestas desde lo externo y que nos mantienen siempre dependiendo de poder alcanzarlas, en la angustia de sentirnos incompletos,  porque en ellas basamos nuestra paz y felicidad internas.

La adicción a sustancias tóxicas o S.P.A.- sustancias psicoactivas (cigarrillo, marihuana, cocaína, etc) y no tóxicas tales como el  juego, los desórdenes alimenticios, el Internet, el sexo, el dinero, en fin;  es un  síntoma de una realidad interna  más profunda en la que el hombre deja de ser su propio dueño y por lo tanto pierde un contacto efectivo con el medio que lo rodea.

El grupo de Arteterapia “Arte y Vida” es hoy por hoy una dinámica reconocida e indispensable para el desarrollo del residente al interior de la comunidad porque genera un espacio de interacción en el que la expresión artística facilita la manifestación directa del residente en un ambiente desprovisto de la rigidez y la exigencia del contexto de comunidad.

Durante todo el proceso arteterapéutico los residentes están inmersos en un espacio proclive a la expresión espontánea, a la experimentación con materiales diversos y con el cuerpo, a dinámicas de interacción con los demás participantes y a la presentación de los trabajos que se hacen de manera conjunta.

En este espacio, los participantes  realizan dibujos, pinturas, esculturas, instalaciones, ambientes,  monólogos, piezas teatrales y dramatizaciones, performances, obras de títeres, historias y cuentos, canciones entre otros.4

Al final del proceso estarán preparados para mostrar su propio performance en público, frente a toda la comunidad conformada por los terapeutas y las familias.

Durante estos años se han realizado tres grandes jornadas dedicadas al performance en las que se genera un ambiente único de integración comunitaria a través del arte, permitiendo que los participantes sean creativos y dejen un ejemplo veraz sobre su propia condición de vida que termina siendo útil para los nuevos residentes y para el conocimiento sobre las adicciones en Colombia.

El performance-art, que se define a partir  de la historia de las artes plásticas, escénicas y de la danza,  con su naturaleza conceptual y efímera, es una experiencia total que en este caso  va más allá de ser utilizada en su dimensión estética  y es apropiada por una persona en una condición especial de vida como las adicciones.

El trabajo clínico con esta técnica tan amplia y rica de posibilidades, cuya esencia se relaciona con la historia contemporánea de las Artes (plásticas, Escénicas y la Danza),  pero que también puede incluir cualquier otra actividad extra-artística, comporta por un lado incentivar el conocimiento del arte contemporáneo y por otro lado generar una apropiación personal por parte del participante, quién en esta dinámica se convierte en el centro de la acción siendo el creador que articula cada instante de la realidad que presenta frente al público.

SOBRE EL SISTEMA DE INTERVENCIÓN

Un modelo de intervención es un conjunto de actividades que  alcanzan  un fin último. Tales actividades funcionan de manera gradual y conectada;  así el residente siente más confianza,  ya que hay un proceso que le va permitiendo en cada paso responder a objetivos precisos hasta el trabajo final en el que logra cohesionar todo su proceso anterior.

Este sistema de intervención se genera a partir de la experiencia desarrollada durante la formación académica en Artes Plásticas y  el Teatro de títeres y posteriormente en el trabajo social con poblaciones diversas (Habitantes de Calle, Soldados con Trauma de Guerra, Comunidades afro-colombianas)

Una de las experiencias que más influyeron en este proceso fue la oportunidad de trabajar con grupos numerosos de personas sin abrigo o habitantes de calle.

Esta experiencia me condujo a visibilizar el potencial creativo y sin temor a equivocarse que yace en las personas en esta condición, y el valor de trabajar a partir de los títeres, el teatro de sombras, la pintura espontánea y el diseño de vestidos; todos ellos, talleres independientes que dicté en compañía de otros colegas.

Esta experiencia sumada a los grupos del ambulatorio de la Comunidad Terapéutica de Colombia fueron los pilares de este sistema de intervención.

A continuación haré una pequeña síntesis de las fases del sistema.

AUTOREFERENCIA

La auto-referencia es la capacidad de conocer nuestro propio universo interno.

Es la primera fase con la que inicio, en ella me interesa acercarme a cuestiones propias de identidad, auto-imagen y auto-concepto. El objetivo principal  es que los participantes  evidencien cuestiones personales desde lo más intimo y desarrollen la confianza en sí mismos y en su capacidad creativa.

Autoretratos-Archivo Grupo de Arteterapia «Arte y Vida», Sasaima, 2007, Derechos Reservados

Trabajo con ejercicios que van  desde el auto-retrato no necesariamente figurativo hasta monólogos, instalaciones, ejercicios de improvisación, dibujo, fotografía, entre otros; y por supuesto a partir de lo que cada persona expone sobre sí mismo.

VESTIDO Y PIEL

La piel cumple la función de contener nuestros órganos y al mismo tiempo de mediar entre lo externo y lo interno.

Durante el consumo se desdibuja esta relación con el mundo externo, se altera la percepción del entorno y esto genera un ensimismamiento que es evidente en la manera de relacionarse con los demás. Esto afecta no solo las relaciones interpersonales, sino también las afectivas.

Durante este modulo utilizo la piel como metáfora y el vestido como segunda piel, para denotar aquellos aspectos en los que no existe una correspondencia entre lo que se siente y se  hace, entre lo que se piensa y lo que se dice. Esta falta de coherencia se vuelve algo mecánico y  repetitivo en las adicciones y  por lo tanto se hace necesario someterla a un escrutinio, al menos interrogarla.

El vestido también cumple la función de reflejar lo que corresponde al individuo, es la manera de mostrarse frente a los demás, a través del uso del dibujo y del trabajo con telas se profundiza en estos aspectos.

LO RELACIONAL A TRAVÉS DEL TEATRO DE TÍTERES.

Una vez los residentes son conscientes de sí mismos y del modo como se relacionan con el ambiente, el   trabajo con teatro de muñecos les permite no solo realizar una representación de sí mismos sino también reconocer como interactúan con los demás.

Títeres -Archivo Grupo de Arteterapia «Arte y Vida», Sasaima, 2005, Derechos Reservados.

Estas historias siempre corresponden a lo que lo que los participantes necesitan expresar y trabajamos a partir de la historia familiar, de episodios relacionados al consumo o simplemente aquello que surge espontáneamente de las relaciones de poder, de victimización, de culpa, de resentimiento; entre muchos otros aspectos relacionados.

En la fase del teatro de títeres los participantes logran configurar su identidad de una manera más concreta en la elaboración de las facciones del muñeco, en el vestido y posteriormente en la caracterización. Incluso si la representación es fantástica siempre tendrá que ver con su creador y con seguridad ofrece  una visión que merece ser tenida en cuenta.

DEL TRABAJO CORPORAL AL PERFORMANCE-ART

Finalmente sigue una fase en la que se profundiza en el cuerpo, la voz, el movimiento y el espacio, para terminar desarrollando el performance.

El trabajo de cuerpo no solo comporta la expresión corporal y el movimiento sino también otras técnicas derivadas del Hatha  Yoga y posturas de poder de las Artes Marciales que hacen énfasis en la  respiración abdominal y  en la  preparación  del cuerpo para la acción.

En el desarrollo del performance los residentes proponen desde principio a fin su propia acción. Al principio haciendo uso del dibujo sobre  la percepción del espacio, la concepción del vestido y los accesorios que van  a utilizar.

Todos los elementos son escogidos por los participantes y tienen una relación con su proceso terapéutico.

Este proceso es rico y variado pues va más allá de la simple adicción e introduce otras características de la personalidad como los gustos, los propósitos fallidos, el proyecto de vida, recuerdos de infancia, convicciones políticas y religiosas,  en fin, cualquier actividad humana puede dar lugar a un performance-art

También reciben nociones de la historia de este género y miran los registros audiovisuales  de las jornadas anteriores,  esto les ayuda a clarificar la propuesta, ya que les permite identificarse con elementos simbólicos que otros residentes en la misma condición han puesto en escena.

El performance-art es una modalidad artística tan importante como la pintura, la escultura o el dibujo. También conocida como acción plástica, involucra el cuerpo del artista, que  se convierte en  el centro  de atención  en un espacio y un tiempo reales.

Incluye muchos otros medios como la música, el video, la instalación, etc. Permite de este modo configurar una propuesta total en la que cada elemento proporciona un aspecto simbólico significativo.

El elemento fundamental de esta técnica  es su relación con la realidad.

A diferencia del teatro o de muchas otras manifestaciones artísticas más próximas a la representación, el performance-art alude de manera veraz y directa a la persona que lo hace; por consiguiente permite un acercamiento a la realidad del residente, entendido aquí no desde una perspectiva exclusiva desde el síntoma, sino desde  un enfoque más humano e integral.

Durante este tiempo he podido asistir el desarrollo de varias propuestas. En todas ellas sobresale un sentimiento genuino y directo que da cuenta de un estado interior muchas veces dramático,  en el que debido a la voluntad propia o de otros actores del conflicto, el protagonista pierde su propia autonomía o se encuentra atascado en un problema interior del que no puede salir.

La solución a esta situación es presentada dentro  del mismo performance, en algunos casos con la participación real de los familiares  y de este modo se plantea un nuevo enunciado que se vive en el aquí y el ahora.

Un público  de más de cien personas   lo presencia en silencio y luego acoge con admiración al residente valorando y exaltando su trabajo.

Los participantes siempre aluden a este momento como un momento pleno de liberación y expansión de su consciencia, en el que la acción tiene un significado más allá de su función. Es decir la acción da cuenta de una realidad simbólica que surge desde su interior y es compartida con los demás. Esta  es una característica esencial de la comunidad.

BENEFICIOS PARA LOS PARTICIPANTES

Toda  sesión de arteterapia provee un descanso activo, es decir la posibilidad de relajarse y al mismo tiempo ser consciente de lo que se está sintiendo y exteriorizarlo.

El espacio que se fomenta durante el grupo de arteterapia provee alternativas concretas para manejar el tiempo libre, para crear elementos y símbolos que facilitan el auto-conocimiento.

En este grupo lo que el residente siente es lo más importante y es colocado en el centro de la acción. La materia prima del grupo es aquello que el residente descubre dentro de sí y luego esto se transforma a través de las otras etapas del proceso. Por lo tanto se hace un continuo énfasis en permitirse sentir y distanciar los sentimientos de las situaciones en las que intervienen otras personas, de esta manera la persona se hace cargo de sí misma.

Cada sesión permite que las personas no solo se vean reflejadas en lo que todos hacen, sino que también puedan liberar contenidos autodestructivos y que antes eran fuente de agobio y depresión. Al liberar estos contenidos, el individuo se siente más comprometido con su cambio personal y al mismo tiempo más relajado.

La mayoría de las sesiones  crean un clima de distensión, alegría y entusiasmo. Esto se ve reflejado en  las presentaciones que se hacen  y en la oportunidad única e irrepetible  de las situaciones que pueden surgir.

LOGROS Y DIFICULTADES

El grupo se desarrolla con toda la comunidad incluyendo la acogida, oscila entre 35 y 40 personas, hombres y mujeres entre los 16 y los 50 años.

Ha sido un gran desafío que sea terapéutico para cada uno de los participantes. Durante este tiempo hemos  desarrollado estrategias de trabajo grupal para que todos logren participar activamente.

A través de las presentaciones y de lo que ellos expresan sobre su trabajo se crea un espacio en el que todos comparten sus vivencias y a través de la identificación con el otro se fortalece la capacidad de reflejarse y superar las dificultades en comunidad.

Por tratarse de un modelo de intervención que está estructurado en fases, la cuestión del proceso es fundamental. Por lo tanto una de las dificultades y de los retos ha sido  que el grupo varié constantemente debido a los nuevos ingresos y a  aquellos que desertan de la comunidad. Esto influye en la continuidad e interfiere en el proceso creativo para que todo el grupo esté listo para presentar el performance.

Otra dificultad que hemos enfrentado es que aún existe un prejuicio de relacionar el arte al consumo de sustancias psicoactivas, la vida bohemia y la falta de responsabilidad. Durante el ejercicio de este grupo hemos podido resignificar experiencias pasadas relacionadas con la música y la historia adictiva, los estereotipos urbanos que interfieren en la búsqueda de aprobación e inciden en adoptar un sentido autodestructivo del liderazgo.

Otro aspecto significativo que es importante abordar es que la intervención que se ha desarrollado al interior de la Comunidad aborda al individuo en su dimensión real, esto quiere decir que este grupo no pretende imponer el modelo descrito, sino facilitar la apropiación de las técnicas descritas, para que la persona exprese y transforme sus propios contenidos.

La base por lo tanto es desde la historia personal y esto implica que algunas representaciones sean alusivas al consumo de las sustancias, a los hábitos delictivos que están en torno a la adicción; por ende no conviene disimular estos actos a través de la represión y el señalamiento propio de la terapia conductiva, sino permitir que sean expuestos para que la persona pueda verlos y tomar distancia de su propia realidad. En algunos casos, las representaciones que se hacen pueden parecer que recrean a las personas en su pasado adictivo más próximo, sin embargo al compartir estas experiencias con los demás se genera una postura de consciencia colectiva sobre las circunstancias que antes eran vividas, tales como los actos y sus consecuencias, las reacciones familiares, el engaño y las apariencias, los grupos de calle que reforzaban comportamientos agresivos y autodestructivos, los efectos fisiológicos del consumo en el cuerpo y muchos otros aspectos que siempre se hacen evidentes.

Por tratarse de un grupo absolutamente interactivo en el que los participantes poseen voz y cuerpo, se genera un desafío constante para que se pase de mero espectador «consumidor» a creador y protagonista de su propio cambio.

IMPORTANCIA DEL ARTETERAPIA EN EL TRATAMIENTO DE LAS ADICCIONES.

De lo vocacional a lo prioritario.

En el contexto de las adicciones el lenguaje no verbal, que proviene de otras manifestaciones como las artes plásticas y escénicas cobra un valor fundamental pues la expresión no se centra en lo que la persona quiere mostrar de sí mismo, ni en la persuasión de querer convencer a la otra persona de algo; contrariamente a todas estas posiciones, el arte permite una manifestación genuina y espontánea en la que la persona no encubre sino devela.

Durante mi experiencia con grupos en este contexto, he percibido que aquellos  residentes que optan por formas estereotipadas o evitan trabajar y reflejarse en lo que hacen, tarde o temprano encuentran un ejercicio en el que fluyen y reconocen su potencial creativo. Luego se sorprenden de lo que hacen y esto genera un impacto positivo en su personalidad.

La mayoría de los que han presentado performance aluden a esta vivencia como una oportunidad única de manifestar lo que sienten, adquirir un compromiso con sus propias vidas e incrementar la seguridad y la auto-confianza.

En muchos programas para el tratamiento de las adicciones el arte ha sido utilizado como un pasatiempo o una actividad de manejo del tiempo libre sin conferirle la importancia que amerita como un instrumento de diagnóstico e intervención.

Se desarrollan manualidades o actividades más centradas en realizar artesanías y se descuida el potencial imaginativo y simbólico que tiene el arte.

En la Comunidad Terapéutica de Colombia, cuyo modelo actual proviene del “Proyecto Hombre” de Italia, el arte juega un papel fundamental. Muchas de las ayudas y experiencias educativas están basadas en la construcción de máscaras, objetos relacionales, espacios y formas que tienen que ver con la historia de vida.

Esta característica de la comunidad terapéutica es bastante cercana al trabajo del arteterapia y por lo tanto debe nutrir e influenciar  todas las  etapas del proceso.

Por otro lado el arte, al interior de una comunidad terapéutica no debe verse como una actividad que distrae o desenfoca, no es un mecanismo de evasión; ni tampoco una posibilidad fantasiosa carente de sentido. El arte debe mostrarse como una realidad dentro de la realidad, algo muy práctico y concreto, un mecanismo del que proveemos para conocernos a nosotros mismos, para trascender niveles más profundos de nuestra percepción, para encontrar otras maneras de ver el mundo, para relativizar nuestros juicios y de esa manera percibirnos desde un punto carente del peso de la angustia y la racionalización, que son síntomas tan frecuentes en personas usadoras y abusadoras de drogas.

Por lo tanto su pertinencia es fundamental y debe incluirse en cualquier tratamiento bien sea ambulatorio o internado, de otra manera se estará desaprovechando un campo de acción que puede despertar y hacer consciente al individuo de una manera más ligera y sutil.

Por lo tanto la visión de esta alternativa al interior de las Comunidades Terapéuticas y de los Centros de Tratamiento en Adicciones  está lejos de ser   «recreativa» o simplemente lúdica, sino que se articula con las fases del proceso terapéutico, de esta forma se genera una oportunidad única de transformación e integración de la personalidad. «El arte es un instrumento que afina el exterior con lo interno», decía Lygia Clark.

CONCLUSIONES

Hemos visto el potencial que tiene el arteterapia para el tratamiento de las adicciones. Es fundamental hacer hincapié en el  abordaje  del proceso arteterapéutico  que incentive la autoreferencia o autoconocimiento, la autonomía y la autodeterminación. Estos son valores que se hacen evidentes en el proceso del performance-art, dado que el participante es  quién organiza y dispone todo para una acción que nace desde su interior.

Esta relación que se establece entre el  universo interno, antes desarticulado y generador de conflictos, depresiones, tristezas, remordimientos, etc., y el entorno familiar y terapéutico debe ser lo suficientemente sólida para alcanzar el efecto deseado; ya que el rol que juega el público conformado por los familiares y los terapeutas es crucial. La acción por sí misma tiene un efecto interno en el residente, pero sin la asistencia y acompañamiento de toda la comunidad no se lleva a cabo la misma experiencia integradora en la que se rompe el principio de individuación y se genera una unión entre lo individual y colectivo. Tal como si se tratara de un ritual.

Para concluir quiero relatar que esta experiencia ha sido maravillosa y me ha permitido aprender mucho más de lo que he podido transmitir, así que deseo agradecer con todo mi corazón a cada uno de los que han participado en este grupo y con su contribución nos permitieron «conocer y ser conocidos no ya solos como en la muerte sino vivos para nosotros mismos y para los demás.»

«Estamos aquí porque no existe refugio alguno dónde escondernos de nosotros mismos. Mientras la persona no se confronte en los ojos y en el corazón de los demás, está escapando. Mientras no comunica sus secretos, no hallará reposo. El hombre que teme ser conocido no puede conocerse a sí mismo ni conocer a los demás; está solo. Fuera de nuestros puntos comunes, ¿dónde más podremos hallar tal espejo?. Reunidos aquí, la persona puede al fin de cuentas manifestarse claramente a sí misma, no como el gigante de sus sueños ni el enano de sus temores, sino como un hombre, parte de un todo, con su contribución para ofrecer. Sobre este terreno todos podemos echar raíces y crecer, no ya solo como en la muerte, sino vivos para nosotros mismos y para los demás»

Filosofia de la Comunidad Terapéutica de Colombia

BIBLIOGRAFIA

«Percursos em Arteterapia» Selma Ciornai,  Editorial Summus, 2004.

«Terapia Comunitaria» Adalberto de Paula Barreto, Editorial GraficaLCR, 2008.

«A arte da Performance, do futurismo ao presente» RoseLee Goldberg, Editorial Yangraf, 1995.